Si deseas conocer la principal diferencia entre el éxito y el fracaso en las apuestas deportivas, se puede resumir en una palabra: autodisciplina. Sin autodisciplina, descubrirás que las probabilidades están en tu contra antes de comenzar, y que tus posibilidades de tener éxito en las apuestas deportivas son prácticamente nulas.
La razón de esto es simple. La autodisciplina te permite controlar cuándo y cómo apostar, buscar sistemáticamente las apuestas correctas, cumplir con tu plan de apuestas y reserva de fondos, para asegurarte de poner en práctica todas tus estrategias y no apostar de forma emocional. En las apuestas deportivas, la autodisciplina es la base sobre lo que se construye todo lo demás.
Los apostadores que carecen de autodisciplina pueden tener suerte algunas veces, pero a largo plazo, fracasarán, porque en el fondo su verdadera motivación es apostar, no obtener ganancias. Cuando te concentras en obtener ganancias, tratarás tus apuestas como un negocio, pero si permites que la búsqueda de emociones, el hábito o la codicia impulsen tus apuestas, entonces no tendrás éxito.
Hay una prueba simple para determinar si tienes autodisciplina. De hecho, vale la pena llevarla a cabo periódicamente incluso para los apostadores avanzados y que están teniendo éxito. La prueba es esta: intenta no apostar durante dos semanas. Continúa investigando, sigue los partidos y sigue formándote, y encuentra apuestas, pero no apuestes tu dinero. Si puedes hacer eso durante dos semanas, no solo habrás demostrado autodisciplina, sino que también habrás mejorado tu técnica para postar.